"Don Valentín Lacrado", de nuevo en el Festival de Doma y Folklore de Jesús María
El vino Don Valentín Lacrado estará presente, por segundo año consecutivo, del 9 al 20 de enero en el Anfiteatro José Hernández de la localidad de Jesús María, Córdoba, de la 55º edición del Festival Nacional de Doma y Folklore Jesús María.
Este festival -que nació en 1965 con el fin solidario de ayudar con la educación de la región- ya lleva más de 500.000 alumnos beneficiados desde su inicio y más de $29 millones aportados a escuelas en los últimos tres años.
En esta oportunidad, con las tropillas en el campo de la jineteada y los artistas esperan convocar a más de 300.000 asistentes en 11 días.
Para atender a este público, Bodegas Bianchi con su vino clásico e icónico Don Valentín Lacrado se suma a las novedosas Pulperías, Bodegones y Parrillas instaladas a lo largo del predio que ofrecen cocina regional.
"Don Valentín Lacrado es una de las marcas que mejor nos representa a los argentinos. Es una marca que se conecta desde un lugar muy emocional debido a su trayectoria, su espíritu familiar, su cercanía y su calidad y sabor inalterables", dice Sebastian Neira, brand manager de Bodegas Bianchi.
Según Neira, "para seguir reforzando este vínculo con lo nacional y la cultura local los festivales juegan un rol fundamental ya que nos permiten acercarnos a nuevos consumidores de una forma diferente".
"Por eso decidimos participar por segundo año consecutivo como bodega exclusiva de este imponente festival que celebra su 55° aniversario; es un modo de reconocer el apoyo que recibimos en todo el país y una manera de celebrar la vigencia de la cultura del folclore y nuestras tradiciones", concluyó.
En 1965 Enzo Bianchi lanzó Don Valentín Lacrado en honor a su padre y fundador de Bodegas Bianchi, hoy una marca global con presencia en más de 40 países.
El Festival, que reúne a veinte cooperadoras escolares de Jesús María, Colonia Caroya y Colonia Vicente Agüero, tiene un objetivo estrictamente social, ya que los fondos recaudados son distribuidos entre las veinte escuelas para cubrir las necesidades que cada comunidad educativa y principalmente se vuelcan en obras edilicias y al apoyo docente.
El vino Don Valentín Lacrado estará presente, por segundo año consecutivo, del 9 al 20 de enero en el Anfiteatro José Hernández de la localidad de Jesús María, Córdoba, de la 55º edición del Festival Nacional de Doma y Folklore Jesús María.
Este festival -que nació en 1965 con el fin solidario de ayudar con la educación de la región- ya lleva más de 500.000 alumnos beneficiados desde su inicio y más de $29 millones aportados a escuelas en los últimos tres años.
En esta oportunidad, con las tropillas en el campo de la jineteada y los artistas esperan convocar a más de 300.000 asistentes en 11 días.
Para atender a este público, Bodegas Bianchi con su vino clásico e icónico Don Valentín Lacrado se suma a las novedosas Pulperías, Bodegones y Parrillas instaladas a lo largo del predio que ofrecen cocina regional.
"Don Valentín Lacrado es una de las marcas que mejor nos representa a los argentinos. Es una marca que se conecta desde un lugar muy emocional debido a su trayectoria, su espíritu familiar, su cercanía y su calidad y sabor inalterables", dice Sebastian Neira, brand manager de Bodegas Bianchi.
Según Neira, "para seguir reforzando este vínculo con lo nacional y la cultura local los festivales juegan un rol fundamental ya que nos permiten acercarnos a nuevos consumidores de una forma diferente".
"Por eso decidimos participar por segundo año consecutivo como bodega exclusiva de este imponente festival que celebra su 55° aniversario; es un modo de reconocer el apoyo que recibimos en todo el país y una manera de celebrar la vigencia de la cultura del folclore y nuestras tradiciones", concluyó.
En 1965 Enzo Bianchi lanzó Don Valentín Lacrado en honor a su padre y fundador de Bodegas Bianchi, hoy una marca global con presencia en más de 40 países.
El Festival, que reúne a veinte cooperadoras escolares de Jesús María, Colonia Caroya y Colonia Vicente Agüero, tiene un objetivo estrictamente social, ya que los fondos recaudados son distribuidos entre las veinte escuelas para cubrir las necesidades que cada comunidad educativa y principalmente se vuelcan en obras edilicias y al apoyo docente.
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