miércoles, 25 de mayo de 2022

Chardonnay, la reina de las uvas blancas

La uva Chardonnay, cepa originaria de la región de Borgoña, Francia, y considerada "la reina de las blancas", es la variedad blanca más extendida por su versatilidad y su capacidad de adaptación; y, en la Argentina, es la tercera entre las blancas, con algo más de 5.800 hectáreas.
Con ella se obtienen vinos frescos y jóvenes o de guarda con crianza en madera, tranquilos o espumosos, puros 100% Chardonnay o en cortes; vinos brillantes, con reflejos dorados, aromas expresivos y sabor persistente. 
Los primeros datos de esta uva aparecen al final de la Edad Media y afirman que nació del cruce entre el Pinot Noir y Gouais Blanc y su nombre es el de un pequeño pueblo desconocido de, entonces, apenas unos 200 habitantes: Chardonnay. 
En Argentina se encuentra presente en 16 de las 18 provincias vitivinícolas; no obstante, 94% se encuentra en Mendoza y San Juan; actualmente, hay 5.854 hectaráreas cultivadas con Chardonnay, casi 3% del total de vid del país y 16% del total de variedades blancas aptas para elaboración de vinos.
Es una variedad que produce vinos blancos profundos y delicados de notable persistencia; de color amarillo pálido con reflejos verdes; y aroma que recuerda a frutos frescos como la manzana o a flores.
"En Argentina, la variedad Chardonnay se cultiva desde el Norte hasta Chubut, se le llama ‘la reina de las uvas blancas’ porque es una cepa muy versátil que se adapta a muchos tipos de climas y suelos", explica Pablo Sánchez, enólogo de Bodega Los Haroldos y Familia Falasco Wines.
Sánchez agrega: "Nos permite elaborar vinos blancos jóvenes, frutados y frescos, de graduaciones alcohólicas moderadas hasta vinos con paso por madera, ya sea en barricas de roble francés o americano, que producen grandes Chardonnay para guarda".
"No hay que olvidarse que también se usa como variedad madre para la elaboración de vinos bases de espumantes", dice el experto.
Uno de los cortes clásicos para elaborar espumantes es la combinación entre Chardonnay y Pinot Noir y esta unión es la que da origen al famoso "Champagne", nombre que recibe este vino y sus burbujas en esta región francesa. 
Para este tipo de vinos, la uva chardonnay es ideal porque “tiene un ciclo vitícola corto, es decir que brota temprano y la uva está lista precozmente para ser cosechada, lo que nos permite adaptarla para los vinos bases de espumantes”, explica Pablo Sánchez.
A la vista, el Chardonnay se expresa en toda la gama de los amarillos, desde los más pálidos, hasta los dorados; en ocasiones, con ciertos reflejos verdosos.
Sus aromas recuerdan al frescor de duraznos o damascos maduros; también suelen aparecer matices emparentados con la manzana; en función del proceso de elaboración y luego de la fermentación, es usual que aparezcan notas a lácteos, manteca o a pan recién hecho o tostadas. 
En la boca, el vino recuerda a frutas frescas, tropicales y de carozo, como la manzana, el melón, el ananá, el mango, los duraznos o los damascos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario