Los vinos de la bodega familiar encabezada por el enólogo Marcelo Miras son elaborados con uvas de viñedos antiguos, certificados orgánicos, de su chacra en Mainqué, Alto Valle del Río Negro.
Se trata de partidas limitadas de vinos diferenciados por el terruño y el lugar de elaboración, que se suman a los vinos convencionales elaborados hasta ahora, Miras Crianza y Miras Joven.
De origen mendocino, Miras hace más de 30 años trabaja en Río Negro, en distintas bodegas -como Humberto Canale y Fin Del Mundo- y actualmente también como director de Vitivinicultura de la provincia patagónica.
Elaborados de forma tradicional y mucha dedicación, se trata de vinos de jerarquía, en perfecta armonía con el roble y gran potencial de guarda.
"Las características de las uvas, que crecen en un ambiente semidesértico, con brisas y vientos permanentes, naturalmente orgánico; allí, el hombre, con su trabajo, genera cambios en el viñedo y en la bodega, para producir -con técnicas adecuadas- grandes vinos, reflejando en ellos la frescura de su acidez, sus ricos aromas frutados, la mineralidad típica de sus suelos y, además, en los vinos tintos, su intenso color, proveniente de bayas pequeñas y de piel gruesa", afirmó Miras.
Los vinos de Bodega Miras se exportan a EE.UU., Canadá, Brasil, Perú, Bolivia, Chile, Bélgica, Dinamarca, Alemania y China.
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