El Protocolo tiene un enfoque integral que cubre todos los aspectos referidos a la sustentabilidad ambiental, social y económica de la vitivinicultura.
"Venimos trabajando año a año en la Sustentabilidad de Bodega Malma y en las mejores prácticas para proteger nuestro entorno", afirmó la CEO de Bodega Malma, Ana Viola, para quien "el cuidado del medioambiente es fundamental en todo el proceso de realización de los vinos".
"Amamos la Patagonia, lugar único que elegimos para plantar nuestros viñedos; toda nuestra estrategia en relación a la bodega está pensada no solo desde el negocio sino también desde nuestro impacto en el entorno que habitamos", agregó.
Desde hace tiempo, Malma trabaja en la reducción de la huella de carbono y la consultora EcoQualis está a cargo de la medición de las emisiones provocadas por los diferentes procesos en cantidad de CO2 (dióxido de carbono).
Perteneciente a la familia Viola y con el asesoramiento enológico de Hans Vinding Diers, Malma también está en proceso de certificación orgánica de los viñedos e incorporó prácticas como el compostaje de orujo y el manejo natural de las malezas.
En ese sentido, firmó un convenio de colaboración con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) para el asesoramiento en el compostaje de orujo para luego usarlo como fertilizante natural en los viñedos.
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