La marca de Unilever trabaja en la mejora de sus recetas, con nuevos ingredientes; así este año lanzó salsa de tomate deshidratada, mix de hierbas y especias y vegetales deshidratados (zanahoria, morrón, espinaca y cebolla).
Todos los productos de Knorr son deshidratados y no tienen conservantes, y se elaboran en la planta Mendoza, la única deshidratadora de Unilever en el mundo y la más grande de Argentina, que está conectada con 23 fincas de las provincias de Mendoza, San Juan y Córdoba.
El proceso de deshidratación consiste en introducir los vegetales en siete hornos de secado, circula aire caliente por su interior, que provoca la evaporación del líquido y la disminución del porcentaje de humedad hasta entre 6 y 8%.
Los vegetales permanecen en estos hornos aproximadamente cuatro horas y en el final del proceso se realiza el último ajuste para que lleguen a una humedad de entre 4 y 5%, conservando los nutrientes necesarios y preservando su sabor.
En Mendoza se deshidratan zanahoria, zapallo, espinaca, albahaca, repollo, puerro, tomate, ajo, papas, pimiento rojo, cebolla y batatas; y, una vez almacenados, son pesados, controlados, seleccionados y separados de forma manual.
Asimismo, la empresa impulsa una agricultura regenerativa, basada en principios y prácticas agrícolas que generan impactos positivos en la salud del suelo, la biodiversidad, la calidad del agua, la resiliencia climática y la rentabilidad agrícola.
También se promueve una política de residuos y uso de energía sustentable donde gran parte de los productos son despachados sin pasar por el centro de distribución; de esta forma, en el proceso se reduce el equivalente a 19 camiones mensuales: 15 toneladas de CO2.
En este desarrollo, desde hace tiempo la compañía realiza un trabajo colaborativo junto al INTA fomentando la adopción de nuevas tecnologías, agricultura regenerativa y programas de apoyo a los pequeños productores de la zona.
En Mendoza se deshidratan zanahoria, zapallo, espinaca, albahaca, repollo, puerro, tomate, ajo, papas, pimiento rojo, cebolla y batatas; y, una vez almacenados, son pesados, controlados, seleccionados y separados de forma manual.
Asimismo, la empresa impulsa una agricultura regenerativa, basada en principios y prácticas agrícolas que generan impactos positivos en la salud del suelo, la biodiversidad, la calidad del agua, la resiliencia climática y la rentabilidad agrícola.
También se promueve una política de residuos y uso de energía sustentable donde gran parte de los productos son despachados sin pasar por el centro de distribución; de esta forma, en el proceso se reduce el equivalente a 19 camiones mensuales: 15 toneladas de CO2.
En este desarrollo, desde hace tiempo la compañía realiza un trabajo colaborativo junto al INTA fomentando la adopción de nuevas tecnologías, agricultura regenerativa y programas de apoyo a los pequeños productores de la zona.
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